domingo, 9 de octubre de 2011

Siento que me falta algo...

En días como estos, en donde todas las cosas se paralizan por más tiempo del acostumbrado, hay una extraña sensación en mí. O más bien, como las cosas, de alguna forma se han paralizado, mantengo una extraña sensación en mí.

Si le preguntara a los psicólogos que conozco, lo más probable es que hablarían de mi personalidad ansiosa (que por más que me lo digan que lo soy, no lo creo, no lo siento así) o quizás, hablarían que mi vida tiene un cierto ritmo y por lo tanto, en ciertos espacios de tiempo, cuando no ocurre nada (por así decirlo) siento un vacío.

La verdad, o la que es mi verdad, creo que no se trata de eso. Ya que creo que es más bien que esta vida moderna que llevo me tiene agotada. O más bien me aburre. No es lo que yo pensé o no es lo que yo quería. Y de nuevo, me siento más cómoda frente a una pantalla que con la gente real. Quizás esta relación intima con mi net o mi black, diría un sociólogo es la razón de mis problemas y creo que no es eso. Sino que yo he mutado. Y en algunas cosas, he vuelto al circulo de la muerte.

No sé. Lo único realmente que sé es que necesito ciertas cosas que parece que nadie me puede dar, y eso de hacerse cariño uno mismo, sirve, pero poco. Sirve un rato y esa media hora se disfruta, pero mi estado anímico decaído, que es un par de horas, varios días o años (dependiendo de cuando empieces a contar) siento que tiene que ver con algo más global. O más bien algo tan particular que me hace pensar que nada, ni nadie podrá cambiar mi realidad. Nada. Sólo resignación, dice la canción.

Aunque a esa maldita palabra, que me ha perseguido toda la vida, le hago el quite. Y lo hago escribiendo, aunque nadie me lea.

Y quizás ese es el problema.

No hay comentarios: